martes, 13 de octubre de 2009

Los caramelos del Gobierno

Me prometí a mí misma que, por al menos este año, no entraría en el polémico y morboso (es muy triste que tenga que calificar de morboso un tema tan serio, pero...) debate del aborto o similares, pero bueno. Hay que reconocer, y ésto es de cajón, que este ha sido un tema, entre muchísimos otros, para distraer a todos aquéllos que somos el pueblo español, de la ruina de país que está construyendo el PSOE.
El otro día iba por la calle y me fijé en el inocente cartel de una farmacia que ponía "se hacen test de embarazo". Empecé, entonces, a acordarme de la dispensa de la píldora del día después sin receta médica.
Bien, una vez dicho ésto, a ver, vamos a analizarlo a mi modo, haciendo un croquis para tontos, al menos para entenderlo yo. La píldora del día después no es otra que un cúmulo apoteósico de hormonas para evitar el embarazo una vez se haya mantenido relación sexual sin protección. (No soy médico, por tanto, no puedo dar una definición científica y precisa). Se dice, no estoy segura, que una mujer no puede tomarse más de dos a lo largo de toda su vida por la potencialidad de efectos que puede desprender.
Avancemos un poco más. Somos humanos, pasionales, nos encanta el sexo, ¡en fin! Y no sólo eso, en los actos pasionales e irracionales no todo el mundo actúa con cabeza y utiliza la correspondiente protección. Adolescentes y no tanto confían en métodos como la "marcha atrás" porque no les gusta el preservativo, porque no disponen de él en ese momento, etc, etc. En los casos de las adolescentes más precoces se puede plantear la sutuación de que ess niñas practiquen sexo como los animales pero que no utilicen otro tipo de anticonceptivos como la píldora, el anillo... por multitud de razones o por eso mismo, porque son niñas. Vale, no niego que pueda fallar y por ello no veo negativo su uso, pero no estamos ante caramelos, jugamos con la salud y mi salud la tratan médicos, no ZP & CIA.

Por otro lado, se habla también del derecho de los farmacéuticos a denegarla, quienes lo deseen. Aquí juega un papel muy importante que es su libertad de objeción de conciencia y esa libertad viene amparada en nuestra "Carta Magna". Los médicos tienen derecho a no practicar abortos por cuestiones ideológicas (y aquí matizo con segundas que se trata de libertad ideológica, que no por ello obligatoriamente religiosa). Pensemos o no igual, sea cual sea el tema, "mi libertad termina donde empieza la tuya". Esta famosa frase que de forma parecida nos la explicaba Kant, supone alguna palabra que otra de esas que yo llamo "de moda" y que vienen en i libro de cabecera, la RAE: respeto y tolerancia.
Estoy convencidísima de que muchos farmacéuticos están de acuerdo con el uso de la píldora del día después, pero que la deniegan, y no hay otra razón como es el hecho de que la farmacia no es un kiosko de chucherías, estamos ante un medicamento que merece un control y una responsabilidad.

Sólo quería hacer una breve mención acerca de este tema que recordé el otro día, sin más. No quiero meterme a mayores en el debate "doctrinal" de si es o no abortiva ni dar la conclusión argumentada, porque "blanco y en botella... leche".



Lo he dicho en más ocasiones, y es que, o a ZP se le ocurren todas sus chorradas en el baño a primera hora de la mañana (perdón por mi vulgaridad, pero es así) o era un niño marginado y nos la quiere jugar a todos. Puede que ambas.




y tal y cual...